Alcalá del Júcar, aventura en familia

Un fin de semana en Alcalá del Júcar es como poder viajar al pasado o asomarte a una ventana desde dónde contemplar cómo eran las cosas hace un siglo atrás... Pero además de toda esa riqueza histórica, Alcalá del Júcar ofrece muchas alternativas divertidas para pasarla en familia.
Llegamos el viernes en la tarde, y la verdad es que la ciudad nos sorprendió con una iluminación increíble... cada rincón, cada detalle resplandecía como si la ciudad estuviera bañada en oro... y diamantes, así se veía cada una de las luces de sus enrevesadas calles.
Esa misma noche comenzamos a recorrer sus calles, a imaginarnos la vida de esas personas hace 100, 300, 500 y hasta mil años atrás... cuando era una ciudad musulmana. Y en una de sus calles nos sorprendió la inmensa roca que se desprendió de la montaña el invierno pasado y arrasó con 10 casas. Hoy, en vez de una vivienda, hay un trozo de la montaña en su lugar. Por suerte pasó durante la semana, en una temporada baja, y no habían turistas en ellas... así que nadie sufrió ningún daño... sólo material.
Al día siguiente desayunamos en el Hotel Pelayo, y lo más delicioso fueron los croissants... estaban recién hechos y muy esponjosos... mmmmm
Luego de desayunar, queríamos entrar en las diversas cuevas que conectan diferentes calles del pueblo antes de llegar al castillo, pero aún era temprano y estaban cerradas, así que como teníamos algo de miedo por la previsión metereológica, decidimos aprovechar el tiempo y seguir caminando hasta la cima para entrar en el castillo. Según algunos estudiosos, el nombre de la ciudad se debe a éste, ya que en árabe Alcalá significa castillo, con lo que el nombre sería el Castillo del Júcar.
El castillo fue construído entre el siglo XII y XIII y está constituido por 3 plantas, y dos torres circulares. En torno a él existen dos leyendas, con dos personajes, la princesa Zulema y el Rey Garaden. En la primera versión Garaden la rapta para convertirla en musulmana y hacerla su esposa, pero ella prefiere quitarse la vida arrojándose por la muralla del castillo. En la segunda versión, ella es una princesa mora y Garaden es su padre. Ella se enamora de un cristiano y huye de la ciudad con él. Lo que sí es cierto es que desde el castillo hay unas vistas impresionantes de todo el pueblo y sus alrededores.
Al salir del castillo comenzamos a descender por las curiosas callejuelas de Alcalá del Júcar, algunas tan anchas que sólo cabe una persona caminando...
Y al torcer en alguna curva, tropezamos con la entrada de la Cueva del Rey Masaden que además se conecta en su  interior con la Cueva del Diablo.


Al pagar la entrada, 3 euros, tienes acceso a un recorrido por salones y galerías repletos de curiosidades, túneles interminables y hasta una discoteca, todo cavado en el interior de la montaña.
La Cueva del Rey Masaden tiene más de 750 años de antigüedad y tenía una finalidad tanto bélica como de aduana. Gracias al gran mirador que tiene sobre el Río Júcar, servía de puesto de vigilia. Debajo de esta cueva, está la Cueva del Diablo, a la cual conectamos mediante unas escaleras interminables.
Esta cueva, con más de 100 años de antigüedad fue excavada en la roca de la montaña, y al igual que muchas otras, fue  utilizada como alacena y corral de animales, además de vivienda ya que ofrecía la protección necesaria en climas tan extremos.
Además de estos paseos históricos, en Álcala del Júcar puedes realizar paseos a caballo por las orillas del río, hacer rafting o cayak en su caudal, e inclusive dar paseos en quad. Hay muchas aventuras que vivir en Alcalá de  Júcar... sólo hay que llegar hasta allí y ¡empezar a vivirlas!
Nos quedamos en el hotel el ¨Hostal del Júcar¨ la noche nos salió por 40 euros cada habitación.
Alcalá del Júcar es parte de la Provincia de Albacete, en la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha

Si has visitado Alcalá del Júcar, y quieres recomendar algún lugar, o quieres consultar algo, te invito a hacerlo en los comentarios, un poquito más abajo ?

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