Un día en Roma: El Coliseo Romano


Hoy hemos puesto los pies en Roma y los primero que hemos hecho es ir a conocer el Coliseo Romano.
Habíamos comprado las entradas con antelación por Internet, por lo que entramos prácticamente directo.  Alquilamos 2 audio-guías por 5.50 euros cada una y comenzamos el recorrido. Tardamos aproximadamente 1.30 horas. Es imposible describir en palabras las sensaciones, emociones y asombro que puedes sentir al estar en un lugar como este...

Es muy fácil dejar volar la imaginación y oír el ruido de la multitud, sentir el olor a sudor y adrenalina, y vibrar con la energía que desprende cada piedra del óvalo que lo conforma. En el 2080 se cumplen 2000 años de los cien días de la fiesta de su inauguración, durante el reinado del emperador Tito. Luego de haber resistido 4 terremotos y siglos de saqueo, seguramente estará aún de pie y tan colosal e impresionante como hoy en día. 

Aunque parezca mentira, el cielo cambió muy rápidamente, y de un azul Mediterráneo, en pocos minutos se tornó gris y nublado.

Al salir fuimos al Arco de Constantino, erigido en el año 315 en conmemoración de la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio.
Hicimos algunas fotos y de inmediato empezó a llover. Nos refugiamos en la estación del metro donde estuvimos casi una hora asinados junto a decenas de turistas, que al igual que nosotros, trataban de escapar de la tempestad.
Era curioso como ver que los vendedores ambulantes de palos selfies, en un abrir y cerrar de ojos se habían convertido en vendedores de paraguas y chubasqueros.
Cuando escampó un poco, salimos a comer en la "Biga al Coliseo " y la verdad es que ¡la pizza estaba riquísima!
Finalmente tomamos el metro a casa y luego tomamos un baño en el jacuzzi del apartamento para prepararnos para el dia siguiente :D

 Algunas consideraciones de este primer día en Roma...

El vuelo de Ryanair salió a la hora prevista y llegamos al aeropuerto de Fiumicino puntualmente. Detalle: en el pasaje decía que salíamos por la T2, pero en realidad salimos por la T3. Por ser la primera vez que íbamos a Roma, habíamos contratado un taxi para trasladarnos del aeropuerto al apartamento. Luego de dar unas cuantas vueltas por el aeropuerto y devolvernos a la T2, nos enteramos que todos los vuelos salían por la T3. Finalmente encontramos allí al taxista que nos llevó al apartamento.


Nos quedamos en un apartamento en la zona del Lazio, que queda justo entre las Catacumbas y el Coliseo Romano. Lo contratamos por la página de airbnb y fue una decisión muy acertada. El único detalle es que tanto las paredes interiores del edificio, como el ascensor me sorprendieron por lo antiguo de su apariencia. El apartamento es otra cosa y Simonetta, la dueña un encanto con todas las letras mayúsculas.
Además de permitirnos entrar con bastante antelación de la hora del checking nos dió  todas las indicaciones posibles de sitios cercanos, desde farmacias y restaurantes, hasta medios de transporte.
La comida la hicimos en un restaurante llamado Socco, en el que tenían 3 tipos de menú por 15 euros cada uno, e incluían la bebida y el postre. Yo pedí el de la ensalada de salmón con mango, Lio el de la hamburguesa y Ale y Andrea el de la pasta. Todo estaba delicioso, sobretodo el pan hecho por ellos mismos. Al acabar nos fuimos a dormir la siesta y a las 4 nos fuimos andando al Coliseo Romano.
Viajar la segunda semana de septiembre tiene grandes ventajas. El precio de los vuelos y alojamientos baja bastante, y el clima es mucho más agradable.
¿Y tu has estado en el Coliseo Romano? Cuéntame tu experiencia, compártela en los comentarios ;)


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